Los 3 tipos de células vegetales que existen (morfología y características)

Las células vegetales encierran tantos secretos como las de los animales. Un repaso por los distintos tipos celulares que componen a las plantas.

Tipos células vegetales

Cuando pensamos en células e histología, solemos recurrir automáticamente a la unidad celular humana, aquella redondeada, con una membrana plasmática fina y diversas mitocondrias y otros orgánulos repartidos por el citoplasma. También nos vienen a la mente las bacterias, unos seres unicelulares con más protección (pared celular y cápsula), falta de un núcleo delimitado y una serie de cilios y flagelos que permiten al microorganismo desplazarse.

Aunque no lo parezca a simple vista, el mundo vegetal también presenta una complejidad histológica digna de mención. Al fin y al cabo, dentro del reino Plantae se han descrito más de 215.000 especies, todas y cada una de ellas con su propia importancia biológica y características anatómicas. Además de esto, la unidad básica de todo tejido en plantas, la célula vegetal, es aún más interesante si cabe que la animal, pues presenta una fuente de energía sin la cual la vida de todos los seres vivos del planeta sería imposible: los cloroplastos que realizan la fotosíntesis.

Las células vegetales son la base de todo tejido en plantas: meristemas, epidermis, peridermis, parénquima, colénquima, esclerénquima y un largo etcétera. Sean muertas o vivas, todas y cada una de ellas tienen una función esencial para estos seres vivos, desde la conducción de fluidos y sustancias orgánicas hasta la producción de energía. Si quieres saberlo todo sobre los 3 tipos de células vegetales que existen y sus funciones, sigue leyendo.

¿Qué es una célula vegetal?

Desde un punto de vista teórico, la célula vegetal se puede definir como el tipo de célula eucariota (con un núcleo delimitado del citoplasma) que forma la mayoría de las estructuras biológicas de las plantas. Como todo el resto de cuerpos celulares, estos presentan una membrana plasmática que los delimita del medio, un citoplasma acuoso que alberga a los orgánulos y un núcleo, que encierra el material genético necesario para la transcripción y traducción de proteínas.

Aun así, la célula vegetal presenta muchas diferencias anatómicas con la animal. Algunas de ellas son las siguientes:

  • La célula vegetal presenta una pared celular, mientras que la animal no. Se trata de una capa rígida que soporta fuerzas osmóticas y de crecimiento.
  • Los vegetales son autótrofos, es decir, que producen compuestos orgánicos complejos a partir de carbonos simples usando la energía de la luz. Esto se puede conseguir gracias a los cloroplastos.
  • Las células animales poseen una o varias vacuolas (orgánulos de almacén) de pequeño tamaño, mientras que las vegetales presentan solo una de gran tamaño.
  • La célula animal almacena energía en forma de glucógeno, mientras que la vegetal presenta almidón.
  • Los glioxisomas (orgánulos de almacenaje de lípidos) y plasmodesmos (unidades del citoplasma que atraviesan la pared celular) solo están presentes en plantas.

Si hay algo que tiene una célula animal que no presenta la vegetal son los centriolos, estructuras cilíndricas que forman parte del esqueleto. Por lo demás, los cloroplastos, glioxisomas, plasmodesmos y otras estructuras son típicas y únicas de los cuerpos celulares vegetales.

Célula vegetal qué es

¿Cómo se clasifican las células vegetales?

Una vez hemos definido las características generales de la célula vegetal, estamos listos para desgranar a fondo cada uno de los 3 tipos celulares en los que se divide. Te los contamos en las siguientes líneas.

1. Células del parénquima

El parénquima es un tejido vivo, principal representante de los tejidos denominados fundamentales, junto con el colénquima y el esclerénquima. Es un tipo de organización tisular muy sencilla que está especializada en una función u otra dependiendo del lugar en el que se encuentre, entre las que se pueden nombrar la fotosíntesis, el almacenaje, la regeneración tisular y la producción de sustancias orgánicas, entre otras cosas.

Las hojas están compuestas prácticamente en su totalidad de este tipo celular, razón por la cual se considera que hasta el 80% de las células vivas de una planta son parenquimáticas. Generalmente este tipo de células presentan una pared celular muy poco engrosada y son morfológicamente muy diversas, algo completamente vinculado a su extensa funcionalidad.

Merece la pena destacar que algunas de estas células están muy poco especializadas, es decir, son totipotentes. Esto significa que tienen capacidad de “desdiferenciación”, razón por la cual son capaces de dividirse para producir nuevas poblaciones de células indiferenciadas a lo largo de sus vidas. Además de esta impresionante capacidad, algunas células del parénquima especializadas producen a nivel citoplasmático fluidos de diversa índole, como son el néctar o ciertas sustancias para disuadir a los herbívoros.

Parénquima

2. Células del colénquima

El colénquima es otro de los tejidos representantes del mundo vegetal, en este caso formado por un único tipo celular: la célula colenquimática. Podemos decir que, junto con el esclerénquima, son los especializados en permitir que la planta se sostenga en el espacio tridimensional en el que se desarrolla.

Las células colenquimáticas están vivas en la madurez y solo presentan una pared primaria, de naturaleza brillante, engrosada o nacarada en un corte histológico fresco. En lo que a anatomía se refiere, son generalmente alargadas, fusiformes o prismáticas, con una longitud que puede llegar a los 2 milímetros.

Debido a su función de soporte, no extraña conocer que las paredes de estas células están compuestas por grandes cantidades de celulosa, pectina y hemicelulosa, polisacáridos complejos compuestos por glúcidos simples entrelazados, como la glucosa. En muchas especies, la pectina supone el 30% del peso en seco de la pared celular primaria de las células vegetales. Además de esto, es necesario destacar que las paredes muestran estratificación, pues hay varias capas de microfibrillas con diferente orientación y composición si se observa un corte celular al microscopio.

Por último, las células del colénquima se comunican entre ellas por medio de campos de puntuaciones, situados tanto en las partes delgadas como las gruesas de la pared. Generalmente, se observa un mayor engrosamiento de la misma en las esquinas, donde tres o más células entran en contacto. Dependiendo de la disposición celular y la naturaleza del espesamiento de la pared, se distinguen diversos tipos de colénquima, como el angular, lagunar o laminar, entre otros.

Colénquima

3. Células del esclerénquima

Por último, el esclerénquima es otro de los tejidos de soporte que, a diferencia del colénquima, presenta dos tipos de células con la pared celular engrosada: esclereidas y fibras. Además, salvando aún más distancias con las células del colénquima, las del esclerénquima desarrollan una pared secundaria extensa que se deposita en el interior de la primaria, con grandes cantidades de lignina que endurecen a la célula y la hacen impermeable al agua. Las fibras son alargadas, de extremos puntiagudos y fusiformes, mientras que las esclereidas presentan una forma típicamente isodiamétrica.

Debido al engrosamiento de la pared y a su aislamiento con respecto al resto de la maquinaria biológica del vegetal, las células del esclerénquima no suelen vivir por mucho tiempo. Es por ello que las esclereidas, su madurez, están generalmente muertas, dejando donde se encontraba el citoplasma un hueco central (aunque en algunos tipos celulares el citoplasma puede mantenerse por hasta 5 años).

Las células del esclerénquima cumplen una función doble, pues le aportan el “esqueleto” a la planta con el fin de que se mantenga firme y pueda crecer y, además, desalientan a los herbívoros en lo que al consumo del vegetal se refiere, pues su pared secundaria lignificada puede herir los aparatos digestivos de ciertos seres vivos (sobre todo invertebrados en estadios larvarios). Aun así, a día de hoy, la función de las esclereidas no se ha conseguido dilucidar en su totalidad.

Esclerenquima

Resumen

La célula es la base de la vida, pues no existe un solo ser vivo que no presente al menos una de ellas. Como hemos podido ver en estas líneas, las células vegetales principales son 3, en consonancia con los 3 tipos de tejidos que componen al ser vivo en su totalidad: el parénquima, colénquima y el esclerénquima.

Es necesario acotar que las células del parénquima son las más abundantes y, por tanto, las que más especializaciones y subtipos comprenden. Por ejemplo, existen parénquimas clorofílicos, amielíferos, esponjosos, aeríferos, vasculares y de relleno. Al fin y al cabo, la totipotencialidad de algunas células de este tejido les permite desdiferenciarse y dar lugar a líneas con objetivos específicos dentro de la planta.

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