Sigmund Freud: biografía y resumen de sus aportes a la Psicología

Sigmund Freud es considerado el padre del psicoanálisis y uno de los pensadores más importantes de todo el siglo XX. Conoce aquí su historia y teorías más famosas.

Sigmund Freud

El psicoanálisis (del griego psykhḗ;alma y análysis;investigación) es un conjunto de teorías y técnicas terapéuticas utilizadas para estudiar la parte inconsciente de la mente, es decir, aquellos procesos mentales que ocurren automáticamente y no se encuentran disponibles en la examinación de uno mismo (introspección). La “mente inconsciente” (unconscious mind en inglés) incluye procesos de pensamiento, memorias, intereses y motivaciones que se desarrollan de forma inadvertida.

En una sesión de psicoanálisis, el paciente (conocido como analysand en la jerga) se tumba en un sofá durante unos 50 minutos (mejor si es de 4 a 5 veces a la semana), con el analista normalmente sentado detrás y fuera de su rango de visión. En este periodo temporal, el analysand expresa todo lo que se le venga a la mente, incluyendo asociaciones libres, fantasías y sueños. A partir de aquí, el analista es capaz de inferir los conflictos inconscientes que dan lugar a la sintomatología externa que desemboca en la consulta.

En las siguientes líneas diseccionamos más a fondo qué es el psicoanálisis, pero antes debemos prestar especial atención a su padre y señor, uno de los neurólogos que sentó cátedra en lo que a los deseos humanos y el subconsciente se refiere. Sumérgete con nosotros en la biografía de Sigmund Freud.

Primeros años

Sigmund Freud nació el 6 de mayo de 1856 en Freiberg, Moravia, en lo que en aquel momento se consideraba el imperio austríaco. El padre de Sigmund, Jakob, era un mercader de peletería y, tal y como cuentan sus biografías, parecía ser una figura autoritaria y distante. Por otro lado, su madre (Amalie Nathansohn, 20 años menor que su padre) parecía mostrarle al pequeño Sigmund la cara más amable y maternal de la vida.

En 1859, la familia Freud abandonó Freiberg hacia Leipzig y terminó por instaurarse de forma definitiva en Viena, donde Sigmund tuvo la oportunidad de comenzar a cursar su carrera universitaria a los 17 años de edad. Él quería estudiar Derecho, pero terminó enrolándose en la facultad de medicina, disciplina en la cual comenzó a tener sus primeros contactos con el mundo de la psicología.

Durante su formación estudiantil, Sigmund trabajó con uno de los fisiólogos de más renombre del momento, Ernst Wilhelm von Brücke. También tuvo la oportunidad de recibir clases de psicología del famoso Franz Brentano, el cual defendía la tesis de la intencionalidad como rasgo característico de los fenómenos psicológicos. Sin duda, los conocimientos de estos genios en cada uno de sus ámbitos dibujaron a la figura de genio y pensador que conocemos hoy en día.

Por extraño que parezca, Sigmund dedicó sus años universitarios, sobre todo, al estudio del sistema nervioso de los animales. En el año 1877 se mudó al laboratorio de Ernst Brücke, donde permaneció seis largos años comparando la anatomía del cerebro humano y de otros vertebrados con el sistema nervioso de ranas, reptiles y otros seres evolutivamente más simples, como las lampreas y los cangrejos de agua dulce.

Sus estudios en el campo de la biología mostraron resultados prometedores y se cree que fueron una de las múltiples bases para el posterior descubrimiento de la neurona, pero por desgracia, Freud tuvo que abandonar sus cometidos para asistir al entrenamiento militar compulsorio de un año que dictaba la época.

Salida de la universidad y estudio del psicoanálisis

En 1882, Freud ingresó en el Hospital General de Viena como asistente clínico, bajo el mando del psiquiatra Theodor Meynert y el profesor de medicina interna Hermann Nothnagel, donde realizó múltiples estudios sobre anatomía cerebral humana. Más allá de sus descubrimientos sobre la anatomía de la médula, Sigmund fue conocido por abogar por los efectos paliativos de la cocaína en pacientes médicos.

Aunque algunos de sus resultados fueron positivos, el consenso general sobre el uso terapéutico de la cocaína resultó desastroso. Sus estudios desembocaron en una adicción mortal de uno de sus mejores amigos (Ernst Fleischl von Marxow), pero también dañaron gravemente su reputación como médico por un tiempo. La interpretación de estos datos es propia y única pero, desde luego, pone en evidencia la personalidad rompedora, innovadora y falta de miedo que Sigmund mostraba con respecto al sufrimiento humano y los límites de la medicina.

Podríamos seguir citando durante párrafos y párrafos algunas de las particularidades de la vida de este psicoanalista pionero (su adicción al tabaco, casamiento y polémicas en el ámbito), pero vemos de interés trasladarnos directamente a lo que se atribuye como su mayor obra y contribución a la sociedad: la teoría del psicoanálisis. Vamos a ello.

Sigmund Freud joven

Freud y la teoría del psicoanálisis

En el año 1885, Freud viajó a París como estudiante bajo la tutela del neurólogo Jean Charcot, especializado en el estudio de la hipnosis. Según su propio testimonio, “esta estancia fue el catalítico que lo direccionó al estudio de la psicopatología médica y lo alejó de una carrera menos prometedora en el campo de la investigación neurológica”. En su retorno a Viena el siguiente año, Freud fundó una práctica privada, especializada en desórdenes emocionales y nerviosos. Aquí, comenzó a tratar a los pacientes mediante técnicas de hipnosis.

Los resultados poco consistentes a nivel clínico en lo referente a la hipnosis hicieron que Freud buscase otros frentes menos explorados en el tratamiento de las sintomatologías emocionales. Decidió tomar otro camino: dejar que los pacientes hablasen de forma libre, sin cohibiciones, sobre cualquier idea y/o memoria que se les ocurriesen. Mediante este procedimiento (denominado “asociación libre”), Freud descubrió que los sueños de los pacientes podían ser analizados de forma detallada para describir mecanismos subyacentes y demostrar el funcionamiento de los mecanismos de represión.

Para el año 1896, Freud comenzó a utilizar la palabra “psicoanálisis” para bautizar los mecanismos clínicos que ponía en práctica. Este maravilloso pensador sostenía que los seres humanos tenemos un subconsciente, en el cual los deseos sexuales y los impulsos agresivos están en constante lucha con los mecanismos que los reprimen. Con base en estas premisas, en el año 1899 escribió la que a día de hoy se concibe como su obra más famosa: The Interpretation of Dreams.

En esta obra, Freud explora los límites de la ensoñación y el subconsciente, dando lugar al primordio que hoy se conoce como “la teoría del complejo de Edipo”. Este conocido concepto hace referencia a un conjunto de emociones y sentimientos infantiles caracterizados por la presencia simultánea (y opuesta) de deseos amorosos y hostiles hacia los progenitores. Este es uno de los pilares esenciales de la teoría del psicoanálisis.

Las bases del psicoanálisis

Describir una disciplina tan compleja en unas pocas líneas es un auténtico desafío, pero en la siguiente lista, te mostramos algunas de las pinceladas más generales en las que se basa el psicoanálisis. No te lo pierdas:

  • El desarrollo de una persona está influenciado, mayoritariamente, por eventos durante la infancia que normalmente se olvidan. Los rasgos heredados no tienen tantísimo peso.
  • El comportamiento humano y su cognición vienen determinados, en gran medida, por motores instintivos que están engranados en el subconsciente.
  • Cuando se intenta hacer aflorar a estos instintos, se ponen en marcha distintos mecanismos de defensa en el paciente, destacando sobre todos ellos la represión.
  • Los conflictos entre nuestra parte consciente y subconsciente pueden dar lugar a patologías mentales, como la ansiedad crónica y la depresión.
  • El material del subconsciente se puede encontrar en los sueños y en actos no intencionados.
  • La liberación de los efectos de la subconsciencia se consigue haciendo aflorar estos contenidos hacia la mente consciente del individuo mediante la terapia del psicoanálisis.

La pieza central del proceso de psicoanálisis es la “transferencia”, es decir, la capacidad de transportar al paciente a los sentimientos que desarrolló hacia una figura o situación (normalmente los padres) en el pasado para que pueda recuperar esa emoción en el presente. En el contexto de la terapia, el analizado redirecciona los sentimientos que tiene hacia una figura especialmente conflictiva, personificándolos en el terapeuta.

Sigmund Freud

Resumen

Sigmund Freud murió en 1939, a la edad de 83 años, por un cáncer bucal derivado de su adicción al tabaco. Aún así, su legado vive con nosotros en todo momento, desde la clínica hasta la cultura popular. ¿Quién no ha bromeado alguna vez con el complejo de Edipo? ¿Acaso no sospechamos todos que tenemos un lado “oscuro” que no conocemos? ¿Nunca hemos tenido un sueño que hemos autodesignado como Freudiano?

Sigmund Freud es, sin duda, un abanderado en el ámbito de la psicología, el padre del psicoanálisis y una de las figuras intelectuales más importantes que pudo dejarnos el siglo XX. Dejaremos que su obra hable por sí mismo, pues en el siguiente apartado, te citamos parte de su bibliografía que no puedes perderte si te has quedado con ganas de más.

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