Las 5 diferencias entre ética y moral

Dos conceptos muy relacionados pero con marcadas diferencias.

Las diferencias entre la ética y la moral

A nivel coloquial, la diferencia entre un comportamiento ético o moral es ninguna. Aun así, estos términos que se utilizan habitualmente en el campo del comportamiento humano tienen profundas diferencias que es interesante explorar, para así comprender mejor su significado.

¿Qué es la ética?

La ética hace referencia a la rama filosófica que se encarga del estudio de la moral humana, intentando establecer normas basadas en la razón para guiar la moral. Para conseguir esto, los filósofos que se adentran en el campo de la ética enfrentan preguntas como la naturaleza del bien y el mal, además de otros conceptos morales lo más universales posible.

De esta forma, consiguen establecer teorías o esquemas éticos, maneras ideales de comportarse basándose en el estudio de las prácticas morales. La ética es una rama importante de la filosofía, especialmente en las ciencias, donde las investigaciones han de ser sometidas al control de un comité ético para asegurar unas buenas prácticas éticas científicas.

Existen varias corrientes éticas de pensamiento, con grandes proponentes como Sócrates, Aristóteles o John Stuart Mill. Cada una de ellas tiene un marco sistémico que utiliza para dar explicación a los comportamientos morales y amorales, a la vez que propone maneras ideales de comportamiento basadas también en la razón y la observación de la naturaleza humana.

Entre estas corrientes encontramos el hedonismo, el estoicismo, el utilitarismo o la ética kantiana.

¿Qué es la moral?

La moral es una experiencia personal. Podríamos representarla como la “brújula del comportamiento” de cada uno, que utiliza para navegar la convivencia en sociedad. Esto ocurre porque la moral propia depende en gran medida del contexto social en el que nos encontramos: Nos comportamos de forma moral respecto a las personas que forman parte de nuestra comunidad.

La moral tiene carácter personal, ya que depende del contexto de cada individuo, pero al pertenecer a una sociedad más o menos cohesionada y con ideas preestablecidas, su visión acerca de lo que son comportamientos correctos o incorrectos se verá influenciada por el ambiente en el que se encuentra. Instituciones como la familia, la religión o el ámbito de trabajo pueden moldear la moral de los individuos.

Gracias a la moral, la sociedad puede existir de una forma estable. Sin la influencia externa de la sociedad sobre nuestra moral, existiría demasiada variación en cuanto a los comportamientos que cada uno determina adecuados. De hecho, algunos sociobiólogos proponen explicaciones biológicas y evolutivas de la moral, que habría surgido como una forma adaptativa de vivir en armonía dentro de una comunidad.

Diferencias principales entre la ética y la moral

Una vez definidos ambos términos, podemos adentrarnos en cuáles son las características que más diferencian a la ética de la moral.

1. Origen

Tanto la ética como la moral nos pueden decir cómo comportarnos, pero sus orígenes radican completamente. La moral tiene un carácter más bien espontáneo o natural, que depende de la situación histórica y personal de cada individuo en sociedad. Esto se debe a que se origina en la tradición y el conocimiento adquirido, no a normas universales de comportamiento.

La ética en cambio intenta establecer normas, leyes, o explicaciones universales del comportamiento humano. La ética puede guiarnos, pero es un artefacto de la razón que existe únicamente a nivel teórico.

2. Caracter impositivo

Las teorías éticas pueden llegar a moldear los códigos morales de las personas, pero nunca de manera impositiva, es decir, una persona no recibirá daño por no adscribirse a cierto esquema ético. En cambio, actuar de una forma considerada inmoral para la sociedad suele tener consecuencias negativas para el individuo, ya sea en forma de castigo directo o simplemente recibiendo el rechazo de la sociedad.

Un ejemplo claro del carácter no impositivo de las teorías éticas, es la alimentación que no admite el consumo de carne. La alimentación vegana, por ejemplo, basa su filosofía en el dilema ético de consumir un animal para el beneficio propio, y decide que no vale la pena por cuenta propia. La persona que decide ser vegana, a no ser que viva en un ambiente donde esta sea la norma, lo hace para seguir una determinada filosofía ética.

3. Aplicabilidad

Las teorías éticas pueden aplicarse, pero se hace desde la razón. Esto significa que alguien puede seguir alguna doctrina ética al pie de la letra, pero lo estará haciendo como alteración consciente de su moral. Las guías éticas pueden acabar modificando la moral de una sociedad, si estas acaban siendo aceptadas por la mayor parte de esta.

La moral en cambio se aplica constantemente en la gran mayoría de decisiones que tomamos a diario. Es nuestro baremo personal acerca de lo que está bien y está mal, pero está influenciado enormemente por nuestras circunstancias sociales e históricas.

Dicho de otra forma, la ética se aplica de manera consciente, mientras que la moral se aplica más bien de una forma constante y prácticamente inconsciente.

4. Objetivos

El objetivo de la ética es establecer de manera artificial, pero basándose en el razonamiento, la manera “ideal” de comportarse. Esto puede hacerse de una forma más o menos universal y necesita de la observación y el análisis de la moralidad para poder completar el marco ético. De esta forma, el objetivo de las doctrinas éticas es la elevación del comportamiento de las personas que las siguen.

La moralidad no tiene un objetivo concreto, más allá de la buena convivencia del grupo de personas en sociedad. La moral va evolucionando con el tiempo, influenciada por diversos factores, y permite que todos nosotros podamos formar parte de la sociedad sin que haya demasiadas fricciones entre nosotros.

5. Universalidad y Contexto

El contexto no es lo más relevante para las teorías éticas. De hecho, es más bien insignificante para ellas: Intentan establecer teorías universales. Esto significa que los marcos éticos intentan dar una guía de comportamiento “objetivamente mejor”, sin necesidad de contemplar el contexto social en el que se hayan.

El contexto, por otra parte, es fundamental para la explicación de la moralidad. En algunos países se defiende la pena de muerte y se ve como algo correcto, mientras que en otros ese tipo de ejecuciones está muy mal visto. En este ejemplo, según el contexto “país”, las diferentes poblaciones tienen sentimientos distintos acerca de un evento concreto. Por eso decimos que la moralidad es contextual.

Referencias bibliográficas

  • Mill, John Stuart (1998). Utilitarianism. Oxford: Oxford University Press. ISBN 978-0-19-875163-2.
  • Aristóteles. Ética a Nicómaco.
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