Síndrome del Cuidador: ¿en qué consiste y cómo se trata?

Las personas que están al cargo de ancianos pueden desarrollar estos síntomas.

Síndrome del Cuidador

Teniendo en cuenta el exponencial envejecimiento de la población, el número de casos de personas dependientes cada vez es mayor.

Tanto en casos de demencia como en casos de problemas funcionales, las personas mayores son cuidadas en su mayor parte por las familias. Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, existen en España en torno a 2.000.000 casos de cuidadores familiares, de los cuales cerca del 90% son mujeres (la mayoría, esposas e hijas).

Dentro de este colectivo de personas que asisten y cuidan a otras personas ancianas, se ha detectado un creciente número de casos de Síndrome del Cuidador. Esta afectación psicológica es el resultado de las altas cotas de estrés físico y emocional que experimentan las personas cuidadoras en su día a día.

Antes de entrar en más detalles, vamos a conocer el papel de un cuidador, sus tareas y por qué estos casos de Síndrome del Cuidador son tan frecuentes.

¿Qué labores realiza un/a cuidador/a?

Un/a cuidador/a informal es aquel familiar o amigo que presta ayuda no remunerada a otra persona, habitualmente por el vínculo personal que les une.

Suelen realizar múltiples tareas entre las cuales se encuentran las siguientes:

  • Supervisión general
  • Ayuda en actividades básicas como aseo o alimentación
  • Ayuda en el manejo del dinero
  • Cuidados médicos
  • Ayuda en transferencias (entrar y salir de la cama, caminar, etc.)
  • Manejo de síntomas conductuales y psicológicos de las demencias (agitación, repetición continua de preguntas, deambulación errática…)
  • Gestiones administrativas
  • Etc.

Según un estudio realizado por el IMSERSO en 2005, los cuidadores dedican de media más de setenta horas a la semana al cuidado de las personas dependientes.

Esto hace que las áreas personales, laborales, sociales o económicas de la persona cuidadora se vean gravemente afectadas y desatendidas, en muchos casos.

¿En qué consiste el Síndrome del Cuidador?

El largo tiempo cuidando a un ser querido durante tantas horas al día supone un claro ejemplo de estrés crónico que produce una serie de consecuencias tanto físicas como psicológicas que configuran lo que se conoce como Síndrome del Cuidador, entre las que se encuentran las siguientes:

  • Agotamiento
  • Bajada de defensas
  • Riesgo cardiovascular
  • Tristeza o depresión
  • Apatía
  • Ansiedad
  • Desesperanza
  • Culpa
  • Desarrollo personal interrumpido
  • Aislamiento social

¿Cómo se puede prevenir o tratar?

Resulta muy importante que la persona afectada tome conciencia de la importancia del autocuidado, más allá del cuidado de la persona afectada.

1. Psicoeducación

Para ello resulta útil realizar un programa basado en la psicoeducación, en el cual se dote al cuidador/a de herramientas e información que puedan ayudarle a delegar, para así disponer de más tiempo para sí mismo/a. Por ello es siempre recomendable que exista más de un/a cuidador/a y se puedan turnar.

Dentro del programa de psicoeducación es importante incluir los recursos sociales a los que la familia puede acudir (centros de día, ayuda a domicilio etc.) para que tenga el máximo de información posible sobre las decisiones a tomar.

Respecto al fomento del autocuidado, se alentará a la persona a que cuide su alimentación, respete sus horas de sueño y realice ejercicio físico regular. Además, es importante que realice actividades agradables que le resulten reforzantes, enseñándole a gestionar el sentimiento de culpa que puede aparecer en estos casos.

2. Psicoterapia

Las técnicas de reestructuración cognitiva pueden resultar muy útiles para desmontar las creencias irracionales respecto al cuidado del familiar dependiente (debo estar siempre ahí para mi familiar, no debo ir al cine por si mi familiar me necesita, a mí ya se me acabó el salir de viaje…).

La descarga emocional en estos casos es de gran importancia, por lo que se animará a que los/as cuidadores busquen una figura de confianza con la que se puedan desahogar y verbalizar las emociones que van experimentando. Es importante que en ciertos momentos del día retomen el papel de personaje principal, y no sean siempre secundarios, pues esto puede afectar gravemente a su autoestima.

Por último, existen grupos de apoyo para cuidadores de personas dependientes, como el taller Cuidando al Cuidador coordinado por el Teléfono de la Esperanza en varias ciudades de España, dirigido a personas que llevan a cabo tareas de cuidado directo de personas dependientes y que desean cuidar también de sí mismas.

Este tipo de grupos no solo proporcionan herramientas útiles al cuidador/a, sino que permiten que la persona conozca otros casos similares con los que puede empatizar y sentirse comprendido/a, por ello suelen ser de gran ayuda.

Referencias bibliográficas

  • Alvarado, B. (2009). Desgaste Físico y Emocional del Cuidador Primario en Cáncer.

  • Archury, Diana Marcela (2011). «Calidad de vida de los cuidadores de pacientes con enfermedades crónicas con parcial dependencia». Investigación en Enfermería: Imagen y Desarrollo.

  • Astudillo, W. (2003). Necesidades de los cuidadores del paciente crónico.

  • Flores Torres, I. (2010). «Afectación de los bienestares en cuidadores de niños y adultos con enfermedad.». Redalyc.

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