¿Cómo superar una ruptura sentimental?

Las relaciones amorosas son una gran fuente de placer, pero no suelen ser eternas.

Superar una ruptura sentimental

Está claro que adentrarnos en una relación de pareja es una experiencia que cambia la vida.

Sin embargo, del mismo modo en el que el proceso por el que vamos enamorándonos de una persona está lleno de emociones intensas, si llega el momento de romper la relación, esto también desencadena una reacción emocional que en la mayoría de los casos es muy fuerte.

Así pues, podemos decir que existe un cierto equilibrio en las relaciones de pareja: aquello que en una fase de nuestras vidas nos lleva a querer estar con esa persona a toda costa, se transforma en dolor cuando el vínculo amoroso se rompe, o bien cuando la convivencia se termina por una razón u otra.

Las rupturas sentimentales y sus consecuencias psicológicas

Ahora bien, que la experiencia de la ruptura sea dolorosa no significa que no existan maneras de amortiguar el doloroso golpe psicológico que supone para nosotros. De hecho, los psicólogos trabajamos a menudo con esta clase de casos para ayudar a personas a mejorar su gestión emocional de esta experiencia.

¿Cómo superar una ruptura de pareja, pues? A lo largo de este artículo veremos ideas clave que los profesionales de la psicología utilizamos de manera habitual para orientar y para entrenar a quienes buscan apoyo terapéutico en nosotros. No son consejos que puedan sustituir a la psicoterapia en cuanto a eficacia, pero en la mayoría de las ocasiones ayudan.

¿Cómo superar una ruptura y volver a sentirse bien?

Los consejos que veremos a continuación se basan en dos vías por las que podemos adaptarnos a una situación de ruptura de pareja: la vía de los hábitos de vida y las relaciones con el entorno, por un lado, y la vía de los pensamientos, las creencias y la introspección, por el otro. Ambas son un reflejo de la manera en la que se trabaja desde la terapia cognitivo-conductual, que tal y como su nombre indica interviene tanto en la conducta como en la cognición (es decir, los pensamientos y las ideas de la persona).

De este modo, para superar una ruptura hay que transformar tanto nuestro estilo de pensamiento y de interpretación de la realidad, como el modo en el que nos movemos y nos exponemos a diferentes situaciones objetivas y observables por más de una persona. Descuidar uno de estos dos pilares hará más probable que fracasemos, al pensar de una forma pero no obrar en consecuencia, o al realizar ciertas rutinas pero no creer en ellas.

Por otro lado, estos consejos deben ser adaptados a tu caso; para superar una ruptura, lo que hagas para remediarlo tiene que encajar con el contexto en el que vives y las particularidades de tu problema.

1. Acepta su decisión y respeta su espacio

Independientemente de si la relación se ha terminado por tu propia iniciativa o por iniciativa de tu ex pareja, es imprescindible respetar lo que la otra persona ha decidido y no imponerle tu presencia si no la busca. Hacer esto solo os dañará a los dos, al generar situaciones de conflicto o incluso de intimidación. Además, servirá para mantener viva la ilusión de que no se ha producido la ruptura, algo que termina alargando la duración de la frustración que se siente en estos casos.

2. Expresa lo que sientes en palabras

La ruptura de pareja es, en cierto modo, un proceso de duelo. Aunque la otra persona no haya muerto ni se haya ido a un país muy lejano, nos estamos despidiendo de un modo de vida que probablemente hemos llegado a considerar la única manera aceptable de vivir. La convivencia con la persona amada es algo que se suele dar por sentado cuando ya lleva en marcha varios meses o semanas, y ver cómo se truncan esas expectativas de vivir con la otra persona para siempre, es doloroso.

Por eso, es importante poner orden en lo que sientes, estructurarlo para evitar que al dolor por la situación se le añada la desorientación. Para hacer esto puedes probar escribiendo un diario en el que día a día vayas plasmando tus pensamientos en palabras, o bien reuniéndote con algún ser querido al que le puedas hablar de lo que sientes.

3. No evites constantemente todo lo que te recuerde a esa persona

Es normal no tener ganas de tener a la vista todo el rato objetos, espacios o personas que nos recuerdan a nuestra ex pareja, y es normal que en ciertos momentos decidamos ahorrarnos esos encuentros.

Sin embargo, esto no debería hacerse con casi todo lo que nos trae esos recuerdos. De lo contrario, estaremos haciendo que el tabú de la ruptura se convierta en un monstruo mucho más grande, algo que nos llegue a obsesionar porque tendrá más poder para condicionar nuestro día a día, restringiendo nuestra libertad de movimiento y de pensamiento.

Así pues, dosifica esos momentos de "evitación", e intenta que no sean la norma.

4. Céntrate en las actividades anti-estrés

Tomás Santa Cecilia

Las semanas que siguen a una ruptura tras una relación relativamente larga acostumbran a ser duras, porque el malestar no solo afecta a nuestro pensamiento, sino también a todo nuestro cuerpo.

De hecho, aspectos como la incertidumbre o la experimentación de recuerdos emocionalmente dolorosos acostumbran a venir de la mano de muchos de los síntomas de la ansiedad, como la aparición de momentos en los que inconscientemente nuestros músculos permanecen más tensos de lo normal, e incluso una mayor reactividad a los estímulos del entorno, así como dificultades a la hora de concentrarse en una tarea.

Para contrarrestar esto y liberar tensiones acumuladas por el estrés, una buena idea es practicar deporte. Esto ayuda a desprendernos de esos recuerdos recurrentes, dado que se nos plantea un objetivo simple en el que hay que involucrar a todo nuestro cuerpo y que requiere que estemos concentrados, y a destensar los músculos haciendo que se coordinen entre sí y adopten muchos estados diferentes en un periodo relativamente corto.

5. Mantén una vida social rica

El aislamiento social es nuestro gran enemigo en lo que a superar una ruptura se refiere. Estar a solas, exponiéndonos una y otra vez a nuestros recuerdos y a poco más, no hace más que alimentar la huella emocional que dejó la pérdida de la relación.

Por eso, incluso aunque no nos apetezca demasiado, es importante socializar de manera habitual en contextos de comunicación informal (el trabajo no cuenta). Esto nos expondrá a muchas otras experiencias e ideas que no tienen nada que ver con lo que hemos estado viviendo previamente, por lo que será más fácil conectar con alguna de ellas y dirigir en esa dirección nuestro foco atencional, dado que tendremos más cosas que no interesan.

Por ejemplo, conoce gente nueva, desarrolla una afición en grupo, o simplemente acude a eventos sociales en los que se proponga algo con capacidad de interesarte.

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