Sistema nervioso simpático y parasimpático: qué son, diferencias y funciones

Te explicamos las diferencias entre estos dos sistemas nerviosos opuestos.

Sistema simpático y parasimpático

El sistema nervioso se encarga de controlar el cuerpo. El centro neurálgico del sistema nervioso central es el cerebro, que unido a la médula espinal y al resto de nervios del cuerpo, se encarga de mandar y recibir señales para regular la actividad del organismo.

Cuando hacemos que se muevan nuestras extremidades, estamos usando el sistema nervioso central, que se encarga principalmente de nuestras funciones conscientes. Pero nuestro sistema nervioso se encarga de muchas tareas corporales sin que nosotros tengamos consciencia de ello. Al responsable le llamamos sistema nervioso autónomo, el sistema nervioso que actúa al márgen de nuestra voluntad o consciencia.

En este artículo te hablaremos de una importante parte del sistema nervioso autónomo, un equipo de dos sistemas nerviosos antagónicos (con funciones opuestas). Estos son el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático.

Sistema nervioso autónomo

Las funciones del sistema nervioso autónomo se realizan en su mayoría lejos del cerebro. Este sistema actúa básicamente a través de nervios en la médula espinal y aquellos nervios que envuelven y controlan a nuestras vísceras, recogiendo información de estas y mandándoles órdenes cuando es necesario.

El sistema nervioso autónomo se encarga de tareas tales como:

  • La digestión
  • La respiración
  • La erección y eyaculación
  • Movimientos musculares involuntarios

Y otras muchas más. Básicamente nuestro sistema nervioso autónomo se encarga de funciones corporales de las que no tenemos control o consciencia, manteniendo el equilibrio (homeostasis) del cuerpo y adecuándose a nuestras necesidades, por ejemplo aquellas que se derivan de nuestro estado emocional.

Este sistema nervioso autónomo tiene dos subdivisiones principales, que se encargan de realizar funciones antagónicas: Los sistemas nerviosos simpático y parasimpático. A continuación los presentamos junto a sus funciones principales, para que podamos observar las diferencias entre ambos sistemas.

sistemas simpático y parasimpático

Sistema nervioso simpático

Es la parte del sistema nervioso que se encarga de funciones de activación del organismo. Su principal cometido es el de iniciar la respuesta conocida en inglés como “fight or flight”, de lucha o huida. Aunque esta respuesta se inicia únicamente cuando es necesario en personas sanas, el sistema nervioso simpático está activo constantemente para mantener el equilibrio de las funciones del cuerpo.

Este sistema nervioso simpático se activa rápidamente en preparación a situaciones que requieran actividad frenética, un estado de alerta o el uso de la fuerza. Esto significa que situaciones que nos provocan emociones fuertes como el miedo, la ira o la vergüenza iniciarán la actividad simpática.

Esta respuesta de lucha o huida se traduce, gracias al sistema simpático, en un incremento de la frecuencia cardíaca, la dilatación de los bronquios (para mejorar nuestra captación de oxígeno) y el ensanchamiento de los vasos sanguíneos que irrigan a los músculos esqueléticos y el corazón, en preparación a un episodio de intensa actividad física.

Además, se estimula la producción de adrenalina y noradrenalina por parte de las glándulas suprarrenales, acelerando nuestro metabolismo y produciendo diferentes efectos en los órganos, que serán opuestos a los efectos asociados con el sistema parasimpático y comentaremos más adelante en el artículo.

A nivel de estructura, el sistema simpático está conformado por dos tipos de neuronas, las preganglionares y las postganglionares. Las neuronas preganglionares son aquellas que salen desde la zona toracolumbar de la médula espinal llegando hasta los ganglios, cúmulos neuronales que comunican con el otro tipo de neuronas del sistema simpático, las postganglionares.

Las señales que van desde la médula al resto del cuerpo llegan a los ganglios a través de las neuronas preganglionares, donde estas liberan acetilcolina, un neurotransmisor que activará a las neuronas postganglionares, que se extienden al resto del cuerpo, que a su vez serán las encargadas de liberar noradrenalina, que producirá los efectos asociados con el sistema simpático en los tejidos periféricos.

Sistema nervioso parasimpático

El sistema nervioso parasimpático se considera también parte del sistema nervioso autónomo, aunque sus nervios estén comunicando directamente con el sistema nervioso central. También presenta la estructura de neuronas pre/postganglionares, al igual que el sistema nervioso simpático, aunque están situadas de cráneo a sacro en lugar en la región toracolumbar.

Las funciones que lleva a cabo el sistema nervioso parasimpático son opuestas a las del sistema nervioso simpático, y es esta constante oposición de efectos negativos y positivos lo que genera un equilibrio en las funciones corporales, la llamada homeostasis.

Cuando el sistema nervioso parasimpático se activa, favorece las reacciones de alimentación y reproducción, además de las de descanso y digestión. Estas funciones están directamente opuestas a las del sistema parasimpático y se regulan negativamente cuando es necesario activar la respuesta de “pelear o huir”.

Dicho de otra forma, si el sistema simpático nos altera, el sistema parasimpático nos calma y nos insta a comer, descansar y reproducirnos. Esto son actividades que no se pueden realizar de forma segura en condiciones muy estresantes, en las que actúa el sistema simpático, así que su activación implica la inhibición del otro sistema, y viceversa.

Esto ocurre ya así debido a que nuestro cuerpo, entre otras cosas, dará más sangre al sistema que necesite actuar de forma prioritaria, quitándole recursos al sistema antagónico, para que los efectos de un sistema sean más fuertes durante un tiempo y no se obstruyan entre ellos.

Diferencias funcionales entre sistema simpático y parasimpático

Para ejemplificar mejor las diferencias en funciones de estos sistemas antagónicos, vamos a listar algunas funciones concretas sobre las que actúan ambos, clarificando sus efectos distintos. En líneas generales, podríamos decir que:

  • El sistema simpático se encarga de acelerar nuestras funciones corporales, preparándonos para la acción y el estrés.

  • El sistema parasimpático se encarga de frenar nuestra actividad corporal y metabólica, preparándonos para periodos de descanso y tranquilidad.

1. Efectos sobre el ojo

El sistema simpático dilatará nuestras pupilas, permitiéndonos detectar mejor el movimiento y preparándonos para un encuentro violento.

El sistema parasimpático se encargará de contraer nuestras pupilas, devolviéndonos a la normalidad. Esta es la dinámica general de la relación entre ambos sistemas.

2. Efectos sobre el sistema digestivo

El sistema simpático evitará los movimientos peristálticos de los intestinos y reconducirá el flujo sanguíneo hacia los músculos, que necesitan más sangre en momentos de acción.

El sistema parasimpático se ocupará de que nuestra actividad digestiva se vea promovida, activando la salivación y otros procesos del sistema digestivo y frenando los efectos inhibidores del sistema simpático.

3. Efectos sobre sistema circulatorio

El sistema simpático se encargará de acelerar nuestro ritmo cardíaco, ensanchar nuestros bronquios para que tengamos una mayor concentración de oxígeno en sangre, a la vez que ampliará el diámetro de nuestras venas y arterias para la sangre llegue con más facilidad a las zonas alejadas del cuerpo.

El sistema parasimpático se encargará de hacer exactamente lo contrario, ralentizar el ritmo cardíaco, reducir la capacidad respiratoria y revertir los efectos vasodilatadores del sistema simpático, para que podamos descansar tranquilos y gastemos menos energía.

4. Efectos sobre el sistema excretor

Cuando se activa el sistema simpático, lo último que necesita es que las actividades excretoras se lleven a cabo en ese momento (al fin y al cabo, ¡necesitamos huir o pelear!). Relaja el esfínter de la vejiga, motivo por el cuál hay gente que micciona cuando pasa por procesos de pánico, pero contrae el esfínter anal para evitar defecar.

Como podemos imaginar a estas alturas, el sistema nervioso parasimpático relajará nuestro esfínter anal pero contraerá el esfínter vesical.

5. Efectos sobre el sistema reproductor

En el sistema reproductor, especialmente el masculino, se da el efecto contrario. Como hemos dicho, el sistema simpático se encarga de la activación del cuerpo, pero cuando se trata de la actividad sexual el sistema simpático la evita, mediante la vasoconstricción del sistema circulatorio que llena al pene de sangre. Esto evita que nos den erecciones mientras huimos o peleamos, lo que es de agradecer.

El sistema parasimpático se encargará de incrementar el flujo sanguíneo a los genitales en respuesta a la excitación sexual. La eyaculación, en cambio, también es fruto de la actividad simpática del sistema nervioso, poniendo punto y final a la actividad genital masculina.

Referencias bibliográficas

  • Drake, Richard L.; Vogl, Wayne; Mitchell, Adam W.M., eds. (2005). Gray's Anatomy for Students (1 ed.). Elsevier. pp. 76–84

  • McCorry L. K. (2007). Physiology of the autonomic nervous system. American journal of pharmaceutical education, 71(4), 78.

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