Meninges: anatomía, características y funciones

Estas membranas recubren el cerebro y lo protegen de agentes externos.

Meninges (cerebro)

Nuestro cerebro es un órgano frágil y blando, y sin soporte estructural no podría mantener su forma normal.

Aunque el hueso del cráneo y la columna vertebral proporcionan la mayor parte de la protección y el soporte estructural del sistema nervioso central, por sí solo no es suficiente para protegerlo completamente. Son las meninges, las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal, las que ayudan a anclar el sistema nervioso central.

En este artículo te explicamos qué son y qué funciones cumplen las meninges, y hablamos de algunos de los trastornos relacionados con el daño a estas capas protectoras.

Las meninges: definición y características

Las meninges son las partes de tejido conectivo membranoso que recubren el cerebro y la médula espinal para que no estén en contacto directo con los huesos de la columna vertebral o el cráneo. Estas membranas ayudan a fijar el sistema nervioso central para evitar, por ejemplo, que el cerebro se mueva dentro del cráneo.

Estas membranas también contienen líquido cefalorraquídeo, que actúa como un amortiguador para el cerebro protegiéndolo de traumatismos, y al mismo tiempo proporciona una solución en la que el cerebro está suspendido, lo que le permite preservar su forma natural.

Las meninges cubren las estructuras del sistema nervioso central para que no estén en contacto directo con los huesos de la columna vertebral o el cráneo, y están compuestas por tres capas de membrana conocidas como duramadre, aracnoides y piamadre. Cada capa cumple una función vital en el mantenimiento y la función adecuados del sistema nervioso central.

Meninges

Capas de las meninges

Existen tres capas de meninges (en orden de la más externa a la más interna): duramadre, aracnoides y piamadre.

Veamos a continuación con más detalle en qué consiste cada una de estas capas y sus funciones.

1. Duramadre

La duramadre es la capa más externa de todas las meninges. Se encuentra directamente debajo de los huesos del cráneo y la columna vertebral, y su estructura es gruesa, resistente e inextensible. Dentro de la cavidad craneal, la duramadre contiene dos láminas de conjunto conectivo: la capa perióstica, que recubre la superficie interna de los huesos del cráneo; y la capa meníngea, la única capa presenta en la columna vertebral.

Entre estas dos capas, se localizan los senos venosos, responsables de la vasculatura venosa del cráneo, que drena en las venas yugulares internas. En algunas áreas dentro del cráneo, la capa meníngea de la duramadre se pliega hacia adentro como reflejos durales. Dividen el cerebro y dividen la cavidad craneal en varios compartimentos.

2. Aracnoides

La aracnoides es la capa media de las meninges, que se encuentra directamente debajo de la duramadre. Está compuesta de capas de tejido conectivo, es avascular y no recibe inervación. Debajo de la aracnoides hay un espacio conocido como el espacio subaracnoideo, una zona que contiene líquido cefalorraquídeo, que actúa para amortiguar el cerebro.

Además, existen pequeñas proyecciones de aracnoides en la duramadre (conocidas como granulaciones aracnoideas) que permiten que el líquido cefalorraquídeo vuelva a entrar en la circulación a través de los senos venosos durales.

3. Piamadre

La piamadre es una de las meninges que se encuentra ubicada debajo del espacio subaracnoideo. Es muy delgada y está firmemente adherida a la superficie del cerebro y a la médula espinal. Es la única capa que sigue los contornos del cerebro (las circunvoluciones y las fisuras).

Al igual que la duramadre, está altamente vascularizada, con vasos sanguíneos perforando a través de la membrana para suministrar nutrientes al tejido nervioso. La piamadre también contiene el plexo coroideo, una red de capilares y ependima (tejido epitelial ciliado especializado) que produce líquido cefalorraquídeo.

Funciones

Las meninges funcionan principalmente para proteger y apoyar el sistema nervioso central. Estas membranas conectan el cerebro y la médula espinal con el cráneo y el canal espinal. Las meninges forman una barrera protectora que protege los órganos sensibles del sistema nervioso contra los traumatismos. Además, contienen un amplio suministro de vasos sanguíneos que llevan sangre al tejido del SNC.

Otra función importante de las meninges es que se encargan de producir líquido cefalorraquídeo. Este líquido transparente llena las cavidades de los ventrículos cerebrales y rodea el cerebro y la médula espinal. El líquido cefalorraquídeo protege y nutre el tejido del sistema nervioso central al actuar como un amortiguador, al hacer circular los nutrientes y al eliminar los productos de desecho.

Por otra parte, la duramadre es la segunda línea de defensa resistente pero flexible del cerebro después del cráneo. La flexibilidad de la duramadre es importante porque la mayoría de las fracturas de cráneo, aparte de las que involucran lesiones penetrantes graves, no provocarán la pérdida de líquido cefalorraquídeo a través del sitio de la lesión, lo que, antes de los días de antibióticos y medicamentos de emergencia, representaría un grave riesgo de infección y posible muerte.

La aracnoides proporciona un sustrato estable y un espacio a través del cual el líquido cefalorraquídeo puede circular, y también proporciona el tejido especializado necesario para que éste se absorba en el torrente sanguíneo. Aunque este líquido es normalmente estéril y en su mayoría inerte (contiene glucosa, proteínas, electrolitos y muy pocas células), el cerebro y las neuronas espinales necesitan protección contra el contacto directo con el líquido, que es proporcionado por la piamadre.

Trastornos relacionados con las meninges

Debido a su función protectora en el sistema nervioso central, los problemas que involucran a las meninges pueden provocar trastornos y afecciones importantes. Veamos cuáles son las más comunes a continuación.

1. Meningitis

La meningitis es una condición peligrosa que causa inflamación de las meninges. Esta enfermedad suele precipitarse por una infección del líquido cefalorraquídeo. Los patógenos como bacterias, virus y hongos pueden inducir inflamación meníngea. La meningitis además puede provocar daño cerebral, convulsiones y puede llegar a ser mortal si no se trata correctamente.

2. Hematomas

El daño a los vasos sanguíneos en el cerebro puede hacer que la sangre se acumule en las cavidades cerebrales y el tejido cerebral formando un hematoma. Los hematomas en el cerebro causan inflamación e hinchazón que pueden dañar el tejido cerebral. Existen dos tipos comunes de hematomas que afectan a las meninges: los hematomas epidurales y hematomas subdurales.

El hematoma epidural se produce entre la duramadre y el cráneo. Generalmente es causada por un daño a una arteria o un seno venoso como resultado de un trauma severo en la cabeza. Por su parte, el hematoma subdural se produce entre la duramadre y la aracnoides, y generalmente su causa es un traumatismo craneoencefálico que rompe las venas. Un hematoma subdural puede ser agudo y desarrollarse rápidamente o puede desarrollarse lentamente durante un período de tiempo.

3. Meningiomas

Los meningiomas son tumores que se desarrollan en las meninges. Se originan en la aracnoides y ejercen presión sobre el cerebro y la médula espinal a medida que crecen. La mayoría de los meningiomas son benignos y crecen lentamente; sin embargo, algunos pueden desarrollarse rápidamente y volverse cancerígenos.

Los meningiomas pueden crecer hasta hacerse muy grandes y el tratamiento a menudo implica la intervención quirúrgica, que suele consistir en la extirpación del tumor. Los síntomas más habituales incluyen: dolores de cabeza, cambios en la visión, pérdida de la audición y del olfato, problemas de memoria y, en ocasiones, convulsiones.

Referencias bibliográficas

  • Cardinali, D. P. (2007). Neurociencia aplicada: sus fundamentos. Ed. Médica Panamericana.

  • Martínez, F., Mañana, G., Panuncio, A., & Laza, S. (2008). Revisión anatomo-clínica de las meninges y espacios intracraneanos con especial referencia al hematoma subdural crónico. Revista Mexicana de Neurociencia, 9(1), 47-60.

  • Snell, R. S. (2010). Clinical neuroanatomy. Lippincott Williams & Wilkins.

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