GABA (neurotransmisor): ¿qué es y qué funciones lleva a cabo?

También conocido como ácido gamma-aminobutírico, es una sustancia inhibidora del SNC.

GABA

Los neurotransmisores ejercen diferentes funciones en el cerebro. Algunos son excitatorios, y otros inhibitorios (depresores).

El principal neurotransmisor depresor es el GABA (ácido gamma-aminobutírico), una sustancia que facilita estados de relajación y que nos protege de la ansiedad.

En este artículo conoceremos sus características, funciones, mecanismo de acción, sustancias agonistas, trastornos en los que está implicado y otros aspectos importantes del mismo. Además, sabremos cómo se puede aumentar los niveles de GABA tanto de forma natural como artificial.

GABA: ¿qué es y cómo actúa?

El ácido gamma-aminobutírico, también conocido como GABA, se trata de un neurotransmisor muy distribuido por todo el encéfalo (es un aminoácido). Se considera la principal sustancia inhibidora del Sistema Nervioso Central (SNC) y ejerce funciones depresoras sobre el mismo.

El GABA es el encargado de regular la excitabilidad del cerebro; lo hace inhibiendo los disparos de las neuronas. En cierta manera, desactiva las hormonas excitatorias, tales como la adrenalina.

Esto proporciona una sensación relajación y paz. Por eso, como veremos más adelante, algunos tipos de ansiolíticos (fármacos que reducen la ansiedad) actúan sobre el GABA, potenciando su efecto (son sustancias agonistas del mismo).

Así, en síntesis, la principal función de esta sustancia es disminuir la velocidad de la actividad cerebral. Concretamente, actúa inhibiendo las sinapsis neuronales acotando su excitación. Un dato curioso es que este neurotransmisor falla en los casos de epilepsia.

Cerebro humano

Localización

El GABA se distribuye por todo el córtex cerebral. Además, pero, también se distribuye fuera del Sistema Nervioso Central (SNC); concretamente, encontramos GABA en diferentes órganos, tales como los pulmones, el páncreas, los riñones, el hígado, el estómago, la piel o los órganos reproductivos, entre otros.

Receptores

Los receptores cerebrales del GABA son diversos: el GABA A y el GABA C (donde interviene un canal de Calcio [Cl-]) y el GABA B (donde interviene un canal de potasio [K+]. También encontramos las benzodiacepinas, los esteroides y el alcohol.

Funciones

La principal función del GABA es proporcionar una sensación de tranquilidad. Así, tener unos niveles equilibrados de GABA hace que nuestros niveles de ansiedad estén controlados; esto facilita una sensación de relajación, calma y paz.

Otras de las funciones en las que está involucrado el GABA es en los procesos de sueño, la visión, el tono muscular, el control motor y el crecimiento.

1. Facilitación del sueño

Se conoce que el GABA ayuda a dormir. Concretamente, se ha comprobado cómo tomar una dosis de entre 0,5 y 5g de GABA antes de irse a dormir, estimula la producción de melatonina y reduce la excitación del organismo (y del cerebro).

2. Crecimiento

El GABA también potencia la síntesis de la hormona del crecimiento. Esta hormona se encarga del crecimiento de los músculos mientras se practica deporte, y de la regeneración de tejidos durante la noche. Así, algunos estudios apuntan a que el GABA está involucrado en el crecimiento de los músculos (especialmente cuando dormimos).

Agonistas del GABA

Por otro lado, encontramos diferentes sustancias agonistas del GABA (esto quiere decir que aumentan su concentración o potencian sus efectos). Son las siguientes.

1. Benzodiacepinas

Las benzodiacepinas son fármacos agonistas indirectos del receptor GABA A (esto quiere decir que potencian el efecto depresor y “antiestrés” de esta sustancia). Concretamente, actúan en el córtex cerebral y en el sistema límbico.

Se trata de fármacos ansiolíticos que reducen la ansiedad y que además actúan como relajantes musculares. Las benzodiacepinas no solamente están indicadas para los trastornos de ansiedad, sino que también para la depresión, el insomnio y la abstinencia alcohólica. Aún así, cabe destacar que no son fármacos de elección para ningún trastorno, debido a su alto potencial adictivo y a la alta dependencia que provocan.

2. Barbitúricos

Los barbitúricos, también agonistas del GABA, son los primeros ansiolíticos que se utilizaron. En la actualidad, pero, ya están en desuso (descatalogados) y no se prescriben salvo en casos excepcionales, debido a su alta toxicidad y a su baja seguridad.

3. Alcohol

El alcohol es un potente depresor del SNC. Se trata de un agonista del receptor GABA A, igual que las benzodiacepinas (comparten mecanismo de acción). Además, a su vez es antagonista del glutamato (la principal sustancia excitatoria del cerebro).

El alcohol es la segunda sustancia adictiva más consumida a nivel mundial (lo consume un 8.5% de la población mayor de 18 años), después de la nicotina. Un dato curioso del mismo es que es la única sustancia adictiva con la que se puede llegar a morir en el contexto de un cuadro de abstinencia (síndrome de abstinencia).

Trastornos relacionados

Las alteraciones en el GABA se han relacionado con diferentes trastornos y enfermedades. Estas alteraciones se traducen en una disfunción de este neurotransmisor. Concretamente, se ha relacionado con:

1. Trastorno de pánico

El trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad donde se han encontrado déficits de GABA en las personas que lo padecen. Este déficit se puede solventar con benzodiacepinas, por ejemplo, que son agonistas del GABA.

2. Esquizofrenia

En los pacientes con esquizofrenia también se han encontrado alteraciones en el GABA; concretamente, se ha hablado de anomalías en los genes que controlan este neurotransmisor, así como otros (dopamina, glutamato, acetilcolina…). Se trata de una de las hipótesis genéticas de la etiología de este trastorno.

3. Demencias

Algunos tipos de demencia también se han relacionado con disfunciones en el GABA, por ejemplo la demencia por enfermedad de Alzheimer, la demencia por cuerpos de Lewy y la demencia frontotemporal.

Aparece, pero, especialmente en demencias subcorticales, donde es característica la disminución de GABA junto a la disminución de dopamina, lo que se relaciona con síntomas motores, enlentecimiento y disminución de la motivación (apatía, astenia y abulia).

4. Trastornos del movimiento

En algunos trastornos del movimiento también se han encontrado alteraciones en el GABA, concretamente niveles más bajos de lo normal de esta sustancia. Por ejemplo en el Parkinson, la corea de Huntington o la discinesia tardía.

5. Trastornos de ansiedad en general

Además del trastorno de pánico mencionado, numerosos trastornos de ansiedad se relacionan con una disminución en el GABA. Algunos estudios muestran cómo niveles bajos de GABA aumentan la probabilidad de desarrollar un trastorno de ansiedad, y a la inversa, niveles elevados de esta sustancia “protegen” contra la ansiedad.

Es por todo ello que generalmente se emplean fármacos ansiolíticos para los pacientes con trastornos de ansiedad; cabe destacar, pero, que preferentemente estos tratamientos farmacológicos deberán ser acompañados de una terapia psicológica coadyuvante.

¿Cómo aumentar el GABA de forma natural?

Hemos visto como déficits en GABA puede ocasionar problemas en la salud mental. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿podemos aumentar el GABA de nuestro organismo de forma natural, sin necesidad de fármacos? La respuesta es sí. ¿Cómo lo hacemos?

Principalmente, a través de la dieta. Nuestro organismo sintetiza GABA a partir de un aminoácido llamado ácido glutámico, unido a la vitamina B6 (fosfato de piridoxal). Estos dos elementos los podemos encontrar en diferentes alimentos, siguiendo una dieta saludable. Algunos de estos alimentos son: verduras, cebollas, frutos secos crudos, habas de soja, tomate y huevos de corral.

De esta forma, una dieta equilibrada y una alimentación saludable pueden ayudarnos a aumentar la concentración de GABA en nuestro cuerpo, disminuyendo así la probabilidad de desarrollar problemas de salud, especialmente de salud mental (por ejemplo ansiedad).

Referencias bibliográficas

  • Abdou, A.M. (2006). Higashiguchi S, Horie K, Kim M, Hatta H, Yokogoshi H. Relaxation and immunity enhancement effects of gamma- aminobutyric acid (GABA) administration in humans. Biofactors, 26(3):201-208.

  • Netter, F. (1989). Sistema nervioso. Anatomía y fisiología. Barcelona: Salvat.

  • Stahl, S.M. (2002). Psicofarmacología esencial. Bases neurocientíficas y aplicaciones clínicas. Barcelona: Ariel.

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