Cerebelo humano: anatomía, partes y funciones

Explicamos cómo funciona esta región encefálica y qué enfermedades le pueden afectar.

Cerebelo humano

El cerebelo humano es una de las partes más importantes del encéfalo, y constituye una de las estructuras del Sistema Nervioso Central con mayor concentración de neuronas.

En el cuerpo humano, esta estructura se encuentra situada bajo los lóbulos occipitales y el cuarto ventrículo y detrás del tallo cerebral, y tiene una estrecha relación de interconexiones neuronales con esta última región del sistema nervioso.

A lo largo de este artículo veremos cuáles son las características del cerebelo humano, sus principales partes, y sus funciones en el organismo.

¿Qué es el cerebelo?

Tal y como hemos visto antes, el cerebelo es una parte del encéfalo; concretamente, se forma a partir del rombencéfalo durante el desarrollo de los embriones, al igual que el tronco del encéfalo, y está presente en la anatomía de todos los animales vertebrados.

Al igual que ocurre con la corteza cerebral, el cerebelo presenta una serie de grietas y pliegues (aunque siguen un patrón diferente, de formas más finas) y está dividido en dos mitades separadas, dos hemisferios situados a izquierda y derecha.

Cerebelo

Funciones de esta región del encéfalo

Una de las funciones más estudiadas del cerebelo es la coordinación de movimientos, tanto los voluntarios como los espontáneos y automatizados. Esto es algo que se puede intuir en alteraciones neurológicas que afectan a esta estructura, tal y como ocurre en las ataxias, en las que la persona se muestra incapaz de llevar a cabo cadenas de movimientos bien coordinados, como caminar, escribir o vestirse.

Además, se ha visto que las interferencias con el funcionamiento del cerebelo causan con frecuencia problemas para mantener el equilibrio, algo que no es de extrañar teniendo en cuenta que para mantenernos de pie es necesario coordinar muchos grupos de fibras musculares.

Por otro lado, se ha observado que el seres humanos y en grandes simios en general (gorilas, chimpancés. orangutanes, etc.) el cerebelo es mucho mayor en relación a otras partes del sistema nervioso que en otras especies de primates. Este hecho hace que se sospeche sobre la implicación del cerebelo en funciones cognitivas.

Es probable que buena parte de estas funciones cognitivas sean formas de aprendizaje motor, es decir, capacidad de aprender movimientos. Además, se ha visto que el cerebelo está involucrado en el fenómeno del condicionamiento psicológico.

Todo esto encaja con un hecho que se ha observado al estudiar la composición microscópica de esta parte del encéfalo: destaca por su plasticidad neuronal, es decir, su capacidad para modificar sus patrones de conexión entre las neuronas que la forman, dependiendo de las exigencias del entorno y de las tareas que sea necesario realizar en él para adaptarse a sus exigencias.

En cualquier caso, parece poco probable que una estructura encefálica con la densidad neuronal del cerebelo esté implicada solamente en la coordinación de movimientos.

Posiblemente, trabaja de manera coordinada con muchas otras áreas del cerebro, de manera que aunque no se especialice en una función muy específica, tome parte en muchas clases de procesos mentales: memoria, aprendizaje, programación de cadenas de movimientos por activación de músculos, etc.

Conexiones con otras estructuras nerviosas

A pesar de estar situado en uno de los extremos del encéfalo, esta estructura está conectada con todas las vías sensitivas y todas las vías motoras, es decir, todos los circuitos de entrada y de salida que traen información de los sentidos y mandan órdenes a los músculos, respectivamente.

Partes del cerebelo

Existen muchas maneras de clasificar las partes del cerebelo; aquí veremos varias de las principales centradas en su estructura anatómica a nivel macroscópico, observable a simple vista.

1. Lóbulo anterior, posterior y floculonodular

Estos tres lóbulos están distribuidos más o menos según su proximidad a la parte anterior del cerebelo, su zona más cercana al rostro. Es decir, según su distribución horizontal.

2. Hemisferios y vermis

Si vemos el cerebelo según su distribución vertical, podemos hallar los dos hemisferios cerebelosos, simétricos entre sí, y el vermes entre ellos.

3. Capas de la corteza cerebelosa

Según su grado de profundidad (es decir, proximidad o lejanía al contorno del encéfalo) podemos distinguir entre la capa granular, la capa de las células de Purkinje, y la capa molecular. Todas ellas reciben su nombre a partir de los cuerpos microscópicos que las componen.

4. Pedúnculos del cerebelo

El cerebelo cuenta con seis importantes puentes de fijación y conexión con el resto de áreas del encéfalo: se trata de los pedúnculos, distribuidos en parejas. Estos conjuntos de axones neuronales se adentran en el tallo del encéfalo.

Enfermedades que afectan a esta estructura

Son muchas las enfermedades capaces de dañar al cerebelo e interferir con los procesos que lleva a cabo. Los más importantes, ya sea por su frecuencia de aparición o por su capacidad de destruir partes del cerebelo, son las siguientes.

1. Síndrome de Dandy-Walker

Este síndrome hace que el vermis del cerebelo no se forme bien, y causa convulsiones, problemas en la visión y bajo tono muscular.

2. Síndrome cerebeloso

Este conjunto de síntomas daña el cerebelo y genera fenómenos como la ataxia, hipotonía, nistagmo, disartria y temblores no intencionales. En el caso de la ataxia, es un signo que afecta a la capacidad de movimiento voluntario e involuntario.

3. Cerebelitis

La inflamación del cerebelo suele causar síntomas como la dismetría y los problemas para moverse. Normalmente se presenta junto a otras alteraciones en el cuerpo humano, ya que los problemas que causan esta afección suelen ser graves y dañar a estructuras de importancia vital para el mantenimiento del organismo.

4. Traumatismos craneoencefálicos

El cerebelo puede ser dañado por golpes recibidos en la parte posterior de la cabeza, lo cual puede llegar a causar la muerte si se dañan áreas extensas de este órgano o la intervención médica no llega a tiempo.

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