Enfermedades renales comunes: tipos, causas y tratamiento

Te explicamos las principales causas de la disfunción de los riñones.

Enfermedades renales comunes

Los riñones son dos órganos situados en el abdomen, ambos aproximadamente el tamaño de un puño y con una característica forma de judía.

Se encargan principalmente de filtrar la sangre, produciendo la orina que se expulsará a través del sistema excretor, pero también tiene funciones importantes a nivel metabólico, como la activación de la vitamina D o el control de la homeostasis, el equilibrio de los parámetros físicos del cuerpo, como el nivel de sales o la acidez de la sangre.

Solo las enfermedades renales crónicas afectan aproximadamente al 15% de la población adulta en países como España o los EEUU. En este artículo te explicaremos cuáles son las enfermedades renales más comunes, así como sus tipos, principales causas y cómo pueden tratarse. Comenzamos.

Tipos y causas de las enfermedades renales más comunes

Las enfermedades renales son aquellas que afectan a uno o a ambos riñones. Sus causas son muy variadas, pero sus síntomas pueden llegar a parecerse mucho.

Dada la importancia fisiológica de los riñones, que se encargan de filtrar la sangre y contribuir de diversas formas al metabolismo (como por ejemplo en la fijación de calcio, el control del pH sanguíneo o el equilibrio de las sales en el organismo), las enfermedades que afectan al riñón gravemente pueden ser letales si no se tratan a tiempo.

Cuando el daño a los riñones ocurre de forma paulatina e irreversible, nos encontramos con las denominadas enfermedades renales crónicas. Desgraciadamente en estos casos la enfermedad no tiene una cura directa, pero aun así existen tratamientos como el trasplante de riñón o la diálisis, que permiten que los pacientes que las sufren puedan cursar una vida sana y normal.

Existen también casos en los que las enfermedades renales aparecen de forma súbita, habitualmente debidas a una insuficiencia sanguínea que puede producirse por otras patologías, como enfermedades autoinmunes, problemas cardiovasculares, traumatismos o el consumo de sustancias tóxicas. Si se remedian las causas subyacentes, en estos casos normalmente se puede recuperar la función renal.

Dentro de las principales enfermedades renales podemos encontrar las siguientes.

1. Cálculos renales

Los cálculos renales son pequeñas piedras que se forman en los riñones.Tienen una gran variedad en tamaños y formas, pudiendo tener el tamaño de un grano de arena o llegar a ser como una uva. Se forman por la acumulación continuada de sustancias capaces de producir cristales, siendo los más comunes aquellos que están formados de calcio y oxalato, una sustancia que se encuentra en ciertos alimentos de origen vegetal, como las espinacas.

Los cálculos renales pueden provocar obstrucciones a nivel de las vías urinarias. Su principal síntoma es un dolor intenso que aparece y desaparece súbitamente, especialmente en la zona de la espalda y el abdomen, pero que puede irradiarse a la ingle y los genitales, tanto en hombres como en mujeres.

A medida que el cálculo causa obstrucciones y daños en la zona renal, podemos esperar otros síntomas, como el sangrado en la orina o una disminución de la función renal. Los síntomas y su evolución dependerán del tipo de cálculo, que pueden ser causados por la alimentación, pero también por infecciones urinarias o por una tendencia hereditaria a formarlos.

La principal forma de evitar la formación de los cálculos renales de calcio es beber suficiente agua al día -entre 1.5 y 2 litros)-, así como cuidar los hábitos alimenticios, evitando por ejemplo las bebidas azucaradas.

2. Insuficiencia renal crónica

La insuficiencia renal crónica es una enfermedad irreversible. Ocurre cuando los riñones reciben daños que se van acumulando a lo largo del tiempo, lo que implica una cicatrización del tejido funcional renal. Estos daños continuados van disminuyendo la capacidad del riñón de realizar sus funciones normales, con consecuencias letales para el paciente si no se controlan la progresión de las lesiones o sus causas.

Los riñones son órganos con mucha relación con la sangre, al ser los encargados de filtrarla. Este filtrado requiere de diminutos vasos sanguíneos -capilares- organizados en los llamados glomérulos, donde la sangre es depurada. Afecciones como la diabetes o la hipertensión provocan daños continuados a la estructura funcional del riñón, tanto a su sistema de irrigación sanguínea como a las nefronas, las células funcionales del tejido renal.

Diagrama de los riñones

3. Glomerulonefritis

Los glomérulos son la estructura de capilares, rodeados por la cápsula de Bowman -una capa envolvente formada por células renales- donde la sangre es filtrada. Habitualmente está causada por problemas del sistema circulatorio, pero también deformidades congénitas, infecciones, trastornos del sistema inmune o el abuso de ciertas drogas.

Los daños de la glomerulonefritis pueden acumularse con el tiempo, provocando pérdida de la función renal. Por suerte, suele resolverse por sí sola.

4. Poliquistosis renal

La poliquistosis renal es una enfermedad hereditaria, es decir, está causada porque el afectado ha recibido genes causantes de la poliquistosis.

La mayoría de alelos causantes de esta enfermedad son del tipo dominante. Produce la formación de un gran número de quistes de gran tamaño en ambos riñones, lo que puede causar daños estructurales y funcionales a este órgano.

Tratamiento habitual de las enfermedades del riñón

El daño que se produce sobre los riñones es irreversible, debido a que el tejido de estos órganos tiende a cicatrizar en las áreas afectadas. La mayoría de tratamientos para enfermedades renales, especialmente aquellas en las que el daño ocurre de forma paulatina, como en la insuficiencia renal crónica, empiezan por una prevención de un mayor daño al riñón.

Para prevenir que los riñones pierdan capacidad funcional, existen ciertas medidas que pueden tomarse. El control de la presión arterial es fundamental, debido a la sensibilidad de estos órganos a las altas presiones sanguíneas. En los casos en los que exista una patología subyacente causante del daño a este órgano, la corrección de esta es clave para evitar la evolución de la enfermedad renal.

Más allá de la prevención, una vez se pierde cierto grado de función renal -cerca del 85%- la vida es imposible si no se cursan ciclos de diálisis -filtrado artificial de la sangre- o se trasplanta un riñón sano al paciente. Por suerte en algunos países es relativamente sencillo conseguir un donante de riñón afín, dado que podemos vivir tranquilamente con solo uno de estos órganos.

Referencias bibliográficas

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  • Gorostidi, M., Sánchez-Martínez, M., Ruilope, L., Graciani, A., de la Cruz, J., & Santamaría, R. et al. (2018). Prevalencia de enfermedad renal crónica en España: impacto de la acumulación de factores de riesgo cardiovascular. Nefrología, 38(6), 606-615. doi:10.1016/j.nefro.2018.04.004.
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